martes, 11 de diciembre de 2012

Maldito tocomocho

ÑANGO de años de trabajar en la GLEBA pasaba sus días sol tras sol arando, sembrando cuidando y cosechando, cosechando siempre poco. Una tarde de verano apareció un extraño que con una oratoria muy convincente le vendió un billete premiado que él atesoró como un INCUNABLE.
Vendió todo y se fue para la ciudad a cobrar su fortuna y a disfrutar de su nueva vida, lejos quedaban los sacrificios del trabajo del campo.
Resultó un TOCOMOCHO.
Tranquilo, nada de MESAR sus cabellos o lamentarse, volvió al campo a vengar al ruin que lo había engañado.

Así, inconclusa, llegó esta historia a mi y así se las relato, me gusta pensar que encontró al estafador y vengó la estafa, pero no lo sé.
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Publicado originalmente en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 PALABRAS: 24 - NI DOS, NI CUATRO, NI OCHO... ¡ARRIBA EL TOCOMOCHO!

jueves, 6 de diciembre de 2012

Crux


Te miro y me transmitís un secreto antiguo y gélido,
azul, luminosa
las noches de cuantos fugaces viajeros
habrás acompañado
Quizá porque estas atada al sur
como el destino de tantos
brillas con modesta luz,
pero tu belleza cristalina
haría llorar a cualquier enamorado
o a cualquier ser desamparado
Aunque con la claridad del alba
vuelvas a desvanecerte
y las estridentes luces del día
eclipsen nuestros ojos
en la noche siempre brillaras,
femenina, sensual,
amante fiel que aguarda
paciente
Sos Pampa y desierto
sos agua inmóvil,
calma
Aunque tu luz será mas larga que el brillo de mis ojos
el día en que te apagues
te llorare en silencio,
todo habrá acabado...

Gabriel, el 9 de agosto del 2000,
era el anochecer en Tandil.

lunes, 3 de diciembre de 2012

El fascinante descubrimiento del ingeniero Álvarez

EUREKA exclamó el ingeniero Álvarez. UFANO se arregló el JUBÓN, ya se imaginaba retratado para ocupar su lugar en el recinto de la academia de ciencias; ensayo una pose con el semblante alto, como mirando al futuro.
Hasta el EPÓNIMO ideó, los alvaros personificarían la magnitud de la nueva energía que acababa de confirmar y harían inmortal su trabajo de años.
Nunca se entero de que hacia tiempo que la electricidad era conocida y utilizada, ni se percató de que las bombillas que alumbraban su taller hacían uso de su descubrimiento.
Se quedó unos minutos mirando fijo su anillo de LAPISLÁZULI hasta que vino el enfermero a buscarlo para la terapia de electroshock (macabro uso de su nunca reconocido hallazgo)

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Publicado originalmente en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 PALABRAS: 23 - EL EPÓNIMO ANÓNIMO

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mañas de viejo brahmán

A Brahma lo veía en todas las cosas, desde un imponente CRÓNLECH en Inglaterra hasta en un TAPACULO en vuelo, simpático pajarito que conoció en el primero de sus viajes a Chile, o incluso en una VINCHUCA. La acción de Visnú, menos evidente, se le aparecía a veces como la bondad las personas, una viejecita cariñosa que de joven lo cuidaba, un bañero que arriesgó su vida para salvar a unos turistas en una playa en Mar del Plata, o a veces como milagros inesperados, como cuando aquel balcón se desplomo sobre el hombre que amenazaba con disparar a la muchedumbre en un zoco de Marruecos. Shivá se le aparecia a menudo en las fuerzas naturales, la potencia de las Cataratas Victoria en Zimbabue, o en los terribles huracanes que visitan frecuentemente el Caribe.
Se entretenía buscando el TRIMURTI en sus largos viajes por el mundo. MAÑAS de viejo brahmán.


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Publicado originalmente en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 PALABRAS: 22 - LAS CRÓNICAS DEL CRÓNLECH

jueves, 22 de noviembre de 2012

Límites

Esta impresionante poesía de Borges me gusta mucho. Creo, mejor dicho en algún momento creí, que versa sobre todos los temas fundamentales del universo. Hoy lo veo más como una reflexión sobre la naturaleza humana.

De estas calles que ahondan el poniente,
Una habrá (no sé cuál) que he recorrido
Ya por última vez, indiferente
Y sin adivinarlo, sometido

A Quién prefija omnipotentes normas

Y una secreta y rígida medida
A las sombras, los sueños y las formas
Que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay termino y hay tasa

Y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
Sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa

Y del alto de libros que una trunca
Sombra dilata por la vaga mesa,
Alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado

Con su jarrones de mampostería
Y tunas, que a mi paso está vedado
Como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta

Y hay un espejo que te aguarda en vano;
La encrucijada te parece abierta
Y la vigilia, cuadrifronte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias, una

Que se ha perdido irreparablemente;
No te verán bajar a aquella fuente
Ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa

Dijo en su lengua de aves y de rosas,
Cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
Quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,

Todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
Que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado

Rumor de multitudes que se alejan;
Son lo que me ha querido y olvidado;
Espacio y tiempo y Borges ya me dejan.