Paseando por la calle pasó frente al gimnasio y observó por la ventana una clase de cierto tipo de CALISTENIA. Babeando al mirar las curvas de la profesora tropezó con el hueco de una baldosa faltante y su caída fue un ARPEGIO de golpes TUMBOS y maldiciones. Se levantó del suelo y siguió caminando con sus ropas y su orgullo MANCILLADOS.
Por suerte para el fisgón paseante solo otro YAACABÓ y yo fuimos los únicos testigos mudos desde la copa de nuestro árbol.
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Publicado originalmente en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 PALABRAS: 10 - UN ARPEGIO DESBOCADO EN POS DE LA PLENITUD MUSICAL
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