Salí
a caminar y mirar un poco el cielo, y me puse a pensar sobre los
problemas de la existencia del humano en esta pequeña replica de
universo en que se le a dado a vivir.
Quiero
por fin sentir la grandeza de la palabra libertad, libertad y ninguna
otra salida. Vivir tan no necesitado de cosas para así estar mas
junto al Ser Único, mirarlo de cerca pero ya no tenerlo.
Ser
inundado por la euforia de vivir para así no tener que adorar ídolos
de hombre-masa, a esos prototipos casihumanos de Dios que creen que
por brindarnos vías para el escapismo, (canciones pegadizas, chistes
fáciles) satisfacciones de utilería, les debemos deudas de
gratitud.
No
quiero entender por la simpleza del problema, (el mundo es
deliciosamente complicado), prefiero envestir de cabeza un problema
incomprensible, fundirme, ser uno con él, abrazarlo y mirarlo desde
ahí. Quizá estaría mirándome, mirándote, o quizá mirando ese
cielo.
Gabriel, era 20 de abril del 2000