Tras un enésimo rechazo amoroso andaba yo devenido en filosofo.
Una tarde, echado bajo un árbol estaba reflexionando sobre los embusteros atenienses cuando de repente el día se hizo noche. Una ESTANTIGUA de gigantes campesinos fantasmas, con sus bueyes y fantasmales ARADOS pasó por la pradera dejando enormes surcos en el terreno; me refugié como pude esperando lo peor. Pero tras su paso volvió a salir el sol, de modo que busqué la RESOLANA en la nueva ANFRACTUOSIDAD del paisaje y continué meditando sobre la clásica PARADOJA.
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Publicado originalmente en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 PALABRAS: 5 - ESTANTIGUA A LA ANTIGUA
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